Hoy me he mimetizado con los locales, he cogido un autobús público por 3.000 dongs (10 céntimos de euro) y me he ido a Bat Trang, el pueblo de la cerámica, a 13 km de Hanoi (pero 35 minutos de viaje...). La gente es hiperamable, yo era la única guiri y a la ida fui charlando con una chica que hablaba un inglés casi perfecto. De hecho, era la única de toda la masa de gente que había en la estación que hablaba inglés, y fue ella quien empezó a hablarme porque quería ayudarme... un encanto. A la vuelta, tres cuartos de lo mismo, pero esta vez los dos chicos tenían poca idea de inglés, aún así lo intentaban: de dónde eres, cómo te llamas, qué anillo tan bonito... encantadores.
El pueblo ha sido un oasis de paz después de cinco días en el caótico y ruidoso Hanoi.
El pueblo está lleno de hornos de cerámica, donde se puede ver a la gente trabajando. En el mercado, increíble variedad, cantidad, calidad, y precios de risa. ¡Lástima que no me pueda llevar a España 20 k más de equipaje, me habría llevado la mitad de la mercancía!
Pero no podía irme con las manos vacías, así que compré este precioso platito (con libélulas!) por 10.000 dongs (30 céntimos de euro).
Me gustan las fotos Elisa, tiene que ser genial perderse por esos pueblos, casi oigo el rumor de la calle...