Hoy he tenido una jornada intensa. Antes del alba, a las 5 de la mañana (lo que implicó levantarme a las 4 y cuarto...), ya estaba metida en una furgoneta rumbo al río, para coger un barquito que nos llevó al otro lado, a una aldea pesquera. Casi llegamos antes que los lugareños!! Allí tuvimos la oportunidad de fotografiar las escenas habituales que suponen la llegada del pescado a la orilla y su posterior venta para luego transportar el género al mercado. Etienne, nuestro guía fotógrafo, nos explicó los conceptos básicos de la fotografía, nos dió trucos y consejos, y nos enseñó los mejores rincones del poblado para tomar fotos. Un lujo. Ahora toca practicar con la cámara para asentar conocimientos. Desde luego, en este entorno, no será por falta de oportunidades.
Publicar un comentario