Actuación durante la representación de las marionetas de agua.

El dan bau es el instrumento tradicional vietnamita más destacado. Es una cítara de una sola cuerda que produce un sonido único, suave y evocador. Antiguamente solo los hombres aprendían a tocarlo. Se decía que la música del dan bau debería ser solo para el placer de la persona que lo tocaba. Probablemente los padres querían proteger a sus hijas de la llamada al amor que provocaba el sonido de las canciones tocadas con este instrumento. Esto da una idea de la magia del sonido que produce. A mi me pone los pelos de punta, y es el sonido que identifico con mi propio Vietnam privado, el que permanece idealizado en la memoria y en el corazón...

El símbolo de la longevidad está omnipresente en todo Vietnam, desde las ventanas de los palacios imperiales (como el de la imagen, en la Ciudadela Imperial de Hue) a las fundas de seda de los cojines, pasando por colgantes, posavasos, rejas de las casas y vallas de los puentes. Es un símbolo de origen chino y es muy importante en el Feng Shui. Aparte de traer larga vida a los habitantes de la casa, es un símbolo estéticamente bello y equilibrado. A mi me fascina y fue la inspiración de un mosaico que decora la terraza de mi casa, realizado con paciencia durante un largo verano.
Simpática vendedora de pescado, no muy común, suelen tener mal genio.
Esto sí que no es común, primera persona obesa que veo, prueba de que no vive mal...
La mayoría no quieren ser retratadas, así que con bajar la cabeza está solucionado.
.....................................................Patitos............................................................
......................................Patos (siempre los venden vivos)..............................

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Sopa de col con gambas y rollitos frescos de gambas, deliciosa, y además cocinada por mí!!

Otro de los deliciosos platos que he preparado y comido hoy en el curso de cocina vietnamita.

Ya tocaba hablar del tema. Después de casi un mes en este país, he tenido ocasión de degustar delicias como gambas en salsa de tamarindo, arroz glutinoso con coco, rollitos de gambas, pho (habitual desayuno vietnamita, sopa con fideos y carne, exquisita pero yo la tomo al mediodía...), arroz con piña y hierba limón, arroz en caña de bambú a la barbacoa, arroz, arroz, arroz... pero siempre delicioso, y muchas hierbitas, frescas o cocinadas. La típica salsa que acompaña cualquier comida (nuoc mam) está hecha de pescado crudo fermentado en sal y agua. El proceso de fermentación dura de 6 meses a un año en grandes barricas. El olor es fortísimo pero sólo unas gotas le dan mucho sabor e intensidad a cualquier plato. Los chinos se distinguen por que usan salsa de soja, los vietnamitas por el nuoc mam.


Ms Vy haciendo la demostración de un plato antes de ponernos nosotros manos a la obra.

Vietnam es un paraíso culinario, y además la comida es sana y equilibrada, de ahí la esbeltez de los habitantes de este país. En Hoi An he descubierto el Morning Glory, un fantástico restaurante y escuela de cocina, y su dueña, Ms. Vy, una afamada chef, nos ha instruido hoy durante un curso de cocina vietnamita para principiantes de 4 horas, con visita y compra en el mercado incluida. Como introducción en el menú de su restaurante aparece el siguiente texto (que no he traducido, sorry...), que define la comida y cocina vietnamitas:

"One of the wonderful things about Vietnamese food is that the combinations help to create balance - a harmony between yin and yang. This uniqueness is created by combining taste and texture, fresh and fried, sweet and sour, and especially the inclusion of fresh herbs."


En cuanto a la importancia de las hierbas frescas, también se incluye la siguiente consideración:

"Vietnamese get homesick without fresh herbs as a meal without them is considered incomplete."
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Hoy he tenido una jornada intensa. Antes del alba, a las 5 de la mañana (lo que implicó levantarme a las 4 y cuarto...), ya estaba metida en una furgoneta rumbo al río, para coger un barquito que nos llevó al otro lado, a una aldea pesquera. Casi llegamos antes que los lugareños!! Allí tuvimos la oportunidad de fotografiar las escenas habituales que suponen la llegada del pescado a la orilla y su posterior venta para luego transportar el género al mercado. Etienne, nuestro guía fotógrafo, nos explicó los conceptos básicos de la fotografía, nos dió trucos y consejos, y nos enseñó los mejores rincones del poblado para tomar fotos. Un lujo. Ahora toca practicar con la cámara para asentar conocimientos. Desde luego, en este entorno, no será por falta de oportunidades.


Vista del precioso pueblo de Hoi An desde el otro lado del río Thu Bon.
Un tentempie antes de seguir con la bici: zumo de fruta de la pasión y
nem (rollitos de primavera vietnamitas) de gambas. Decoración de cisne vegetal.
.........Puente cubierto japonés, con unos cuantos siglos de antigüedad..........
Harta del frío y de la lluvia de Hanoi, y como despedida memorable de Vietnam, he cogido un avión y en una hora me he trasladado al agradable calor de este pueblo pesquero, reconvertido en atracción turística, Patrimonio Mundial de la Unesco. Afortunadamente, quedó casi intacto después de la guerra con Estados Unidos, tras un acuerdo por ambas partes. Está situado junto el mar y a orillas de un río en el centro del pais. Fue un importante puerto comercial frecuentado por chinos y japoneses durante siglos. Lo más destacable de este pequeño paraíso es el casco antiguo formado por estrechas callecitas y antiquísimos edificios de madera oscura. Todo decorado con farolillos de tela multicolores, y sin tráfico... sólo bicis y unas cuantas motos. Y para comprar artesanía, es el lugar ideal, sobre todo prendas de seda. No sé qué abunda más, si tiendas o restaurantes, es increíble la oferta al turismo, quizás demasiada.... pero aún así no pierde el encanto.

Las calles están iluminadas por la tenue luz de los farolillos de tela multicolores.

Decoración exterior de uno de los innumerables restaurantes.



   

El cine sobre Vietnam no se reduce a las películas bélicas que narran el horror de la guerra con Estados Unidos. Hay otro cine sobre Vietnam, menos conocido, de una exquisita sensibilidad, que refleja la vida diaria actual, la historia colonial o los problemas de la sociedad vietnamita. Entre otras destacan estas maravillosas películas que recomiendo ver y disfrutar. Todas han sido galardonadas con múltiples premios internacionales. El olor de la papaya verde, de 1993, ganó el Óscar a la mejor película de habla no inglesa. Del mismo director, Tran Anh Hung, son Cyclo (1995, ganadora del León de Oro de Venecia) y Pleno verano (2000), a cual más sensible y delicada. Tres estaciones (1999) de Tony Bui, ganadora del Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance, es la primera película norteamericana (su director es de origen vietnamita) rodada en Vietnam tras la guerra entre ambos países.
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Este arte con más de mil años es una de las atracciones turísticas de Hanoi, pero sus orígenes están en los poblados del norte de Vietnam. Se cree que los agricultores comenzaron esta tradición en los campos de arroz llenos de agua, aunque hay otra versión sobre su origen que habla de una gran inundación. La escenas se interpretan dentro de un escenario acuático, y reflejan situaciones cotidianas de la vida rural y leyendas con dragones incluidos. Las marionetas se mueven en el agua manejadas por los titiriteros que se encuentran detrás de un biombo con el agua hasta la cintura. 
Lo más especial para mi fue la música. Hay una banda de músicos en un lateral que interpreta música tradicional vietnamita. Las delicadas melodías del dan bau, cítara de una sola cuerda, son realmente emocionantes. (En cuanto me deje el servidor, subo el video...)

Desde Sapa, a una hora y media por carretera de montaña, se encuentra el remoto pueblo de Bac Ha. Si Sapa impresiona por sus paisajes y su gente, el mercado dominical de Bac Ha te deja boquiabierto. Aquí la etnia predominante son los Hmong flor, que visten con espectaculares atuendos multicolores. El mercado de los domingos es el acontecimiento semanal en la región, y se abarrota de lugareños vendiendo búfalos de agua, perros, caña de azúcar o hierbas medicinales, entre otras mil mercancías.


Como se puede observar, todas las fotos son retratos de mujeres. Los hombres no acostumbran a vestir con los trajes tradicionales, así que mi objetivo no los ha tenido muy en cuenta porque no le llamaban la atención. Abundan las mujeres con bebés a la espalda, envueltos en coloridos tejidos ribeteados con perlas de colores.


Mujer de la etnia Hmong negra, la más habitual en Sapa.
Algunas llevan a sus hermanos a cuestas, otras a sus hijos, madres adolescentes.

..................Mujer de la etnia Dzao roja señalando nuestro destino...............

He estado perdida durante tres días, escapando de la vorágine de Hanoi. Y me he trasladado a otra dimensión. Sapa, al noroeste, en las montañas que hacen frontera con China, es otro Vietnam. Las minorías étnicas que pueblan el área son una visión de otra época. Los bancales de arroz, ahora inundados de agua esperando la época de la siembra, se pierden en la bruma permanente que los envuelve. Los coloridos trajes de las etnias Hmong negro y Dzao rojo (que dominan el inglés mejor que en las zonas más turísticas de Hanoi) contrastan con el gris de la niebla que cubre los campos. Cerca de aquí, a solo 19 km,  se encuentra la cima más alta de Vietnam, el pico Fansipan, con 3.143 m de altitud.
Las niñas Hmong nos acompañaron durante todo el camino, una ruta por senderos embarrados y arrozales escalonados, dando brincos como cabras y ayudándonos en las zonas más delicadas y escurridizas de la vereda. Al final del recorrido nos insistieron lo indecible para que les compráramos algún bolso o pulsera que llevaban de mercancía en sus cestas. Nuestro destino era una aldea a unos 12 km de caminata, para dormir en una estancia común en el piso alto de una casa local, sobre colchones en el suelo con mosquiteras individuales. Pasar una noche en una casa familiar, rodeada de arrozales, es una experiencia única e inolvidable.

Niñas de la etnia Hmong negra que nos acompañaron durante la ruta.
Vistas de los arrozales desde la casa familiar en que pasé la noche con un grupo (de guiris como yo) multinacional.
............Foto digna de National Geographixsss, o no?........
Mujer de la etnia Dzao roja en su puesto del mercado
El casco no sé si es por el frío, la humedad, o protección del tráfico... inexistente
Quesitos con precinto de seguridad, para que no se los coman mientras se hace la compra....
...............................................Vendiendo mangos .............................................

Que no se diga que los pollos no tienen buena pinta.
En cambio, las patas de pollo ya no me dan tan buen rollo... parece que te van a arañar.

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